Encara el racismo, Museo de la CDMX

El Museo de la Ciudad de México está llena de arte, de colores y de contenidos para hacer reflexionar a quien los vea. Un ejemplo son estas 52 pinturas hechas con diferentes técnicas que forman parte de la instalación de Luis Argudín, titulada «Diluvios».

«El tema es el agua como dadora de vida, pero también como diluvio; es un borrón y cuenta nueva, es esta metáfora que borra todo: surgimos de y esperamos un diluvio, un antecedente y un porvenir apocalíptico”, ha dicho anteriormente Luis Argudín en entrevista.

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Después nos encontramos con el platillo fuerte, la exhibición del racismo en México títulada: «Encara el racismo: Imágenes para ver-te».

De las distintas formas de discriminación propias del mundo contemporáneo, el racismo se diferencia de los demás por basarse en las diferencias existentes entre distintos grupos humanos a los que se les ha asignado rasgos supuestamente definidos como constitutivos de una raza en específico, lo peor viene cuando se les convierte a ciertos rasgos como signos de inferioridad o superioridad. Esto marcó nuestra historia en la época de la esclavitud y hasta su abolición, aunque ahí no terminó sino que siguieron formas modernas de racismo evidentes por ejemplo en Estados Unidos, lo cual es absurdo pues, siendo países tan avanzados, aún recurren a clasificaciones por razas afectando la vida de miles  de personas que no encajan en los estándares estéticos de la humanidad evolucionada.Hoy no podemos negar que el racismo y la discriminación sean las secuelas de una Conquista que vino a cimentar valores, organizaciones que se basan en diferencias raciales, concepciones del mundo mismo, etcétera, y también de la esclavitud, ambas presentes en el México antiguo.

En tiempos atrás, en México los conquistadores estaban obsesionados por consolidar un sistema basado en la superioridad intelectual y estética, pues creían en la funcionalidad de una sociedad organizada de esta forma, ya que los colocaba a ellos en  la parte superior y con el derecho a juzgar, evaluar, convertir, enseñar o dominar a otros.Una de las prácticas era encarcelar a los indígenas que cometían delitos, y después de muertos estudiaban sus cráneos y sus cerebros para poder identificar en su fisionomía, qué era lo que detonaba la conducta delictiva y así poder ir anticipando las conductas de futuros indígenas con las misma características.

«El racismo -la discriminación en general- implica un orden mental y un orden espacial. A ojos de los españoles que llegaron a América, los indígenas constituían un enigma; los veían más cerca de las bestias que de los humanos». Entre las fotografías encontradas para hacer este tipo de estudios se encuentran miradas, posiciones y  semblantes muy parecidos entre los fotografiados indígenas mexicanos, todos tienen una mirada pasiva, al verlas solo puede pensar en lo intimidante que serían esas sesiones para los indígenas, encontrarse ante un aparato totalmente desconocido que los fotografía, y ante una mirada escrupulosa del conquistador que lo ve cómo un ser inferior al cuál se está clasificando como a una bestia.

Toda esta exposición ayuda mucho a ilustrar cómo se despreció nuestra cultura, y cómo se le colocó en inferiores condiciones y puestos, heredando de ahí gran parte de las desigualdades sociales que permanecen y rigen nuestra vida en todos los niveles, regionales, nacionales e internacionales.

 

 

 

 

 

 

 

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